Con el mejoramiento de una vía de 4.500 metros los Ingenieros Militares
traen progreso al municipio de Ciénaga (Magdalena).
Se trata de la adecuación y el mejoramiento de la vía que comunica el
sector de la Gran Vía con el Marañón, obra que espera ser entregada a finales
del mes de marzo en una celebración que convoca a toda la comunidad. Este
camino existió 15 años hacia atrás y con el tiempo se convirtió en un tramo de
solo trocha donde transitaban las personas a pie y en bestias.
Con un total de 380 millones de pesos que entregó el Ministerio de
Defensa para el desarrollo del proyecto, se benefician cerca de 15.000 habitantes
de las veredas Los Micos, San Javier, San Pablo, La Mojana y la Gran Vía, un
camino que permitirá la comercialización de los productos que siembran los
campesinos de la zona.
Con la gestión de estos proyectos, liderados por la Primera División del
Ejército Nacional, se impulsa el desarrollo de la región a través de obras que
permitirán atender los canales de comercio y comunicación que por años
han carecido los magdalenenses, debido al accionar de los grupos ilegales que
no permitían la presencia del Estado.
“Yo quiero ser un soldado”
Los niños se demoraban entre tres horas para llegar a clase, los
campesinos pocas veces lograban bajar sus productos porque el camino no lo
permitía y ahora con esta vía se alcanza a aumentar las posibilidades de
movilidad hasta en un 50%.
Durante la realización de la obra, los Ingenieros observaron a tres
niños que pasaban todos los días caminando descalzos por la carretera, por eso
decidieron hacer una recolecta para comprarle un par de zapatos a cada uno de
ellos, una razón frente a la cual el soldado de la patria demuestra una vez más
ese cariño por las personas que protege a diario en cada rincón del país.
“Mis hijos bajaban a la escuela hasta la Gran Vía descalzos, porque solo
tenían un par de zapatos para ir al colegio y usted no sabe lo que es esta
carretera a pleno sol, eso es duro, el sol quema”, menciona José Gabriel Ortiz
padre de Albeiro y uno de los beneficiados con el proyecto.
Albeiro, el hijo mayor de la familia Ortiz agradece la sorpresa que le
dio el Ejército Nacional y expresa la admiración que le mostraron sus
compañeros y profesores por llevar puestos unos zapatos tan bonitos.
“Cuando sea grande yo quiero ser un soldado para andar por estas
montañas o en los pueblos, por eso a mí me gustaría ser un soldado”, afirma el
pequeño de tan solo 12 años.
Ana María Villada
Asesora en Comunicación Estratégica
GAC -DIV I
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