La Guardia Civil toma el colegio electoral donde debía votar Carles Puigdemont para llevarse las urnas.
La inacción de los Mossos
d'Esquadra tuvo como consecuencia ayer la intervención de la Policía
Nacional y la Guardia
Civil para frenar el
referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional. Decenas de agentes de ambos
cuerpos irrumpieron en colegios y cargaron contra las personas concentradas en
puntos de votación de toda Cataluña para
requisar urnas y papeletas. Un despliegue que, según la versión del Govern, dejó un balance de 893 heridos, dos de ellos
graves.
El Ministerio del
Interior informó de que 33 policías fueron heridos de levedad y cuatro personas
detenidas, entre ellos un menor, acusadas de desobediencia y atentado contra la
autoridad.
La tensión en las calles llegó
también a la Justicia. Ocho juzgados abrieron una veintena de investigaciones
contra los Mossos por permitir que se
abrieran centros electorales pese a la orden del TSJC que lo prohibía. El
Juzgado de Instrucción número 7 aceptó también la denuncia de la Generalitat
por las cargas de la Policía y la Guardia Civil y varias por lesiones, igual
que un juez de Lérida. Los Mossos investigan por su parte 48 denuncias contra
la Policía y la Guardia Civil.
Las cargas en los colegios
comenzaron a las 8.00 y se prolongaron durante diez horas. Los agentes golpearon
y apartaron a la fuerza a centenares de personas, entre ellas ancianos y
menores. Uno de los escenarios más simbólicos fue Sant Julià de Ramis (Gerona),
donde estaba previsto que votara el president, Carles Puigdemont. El
desalojo del lugar, no obstante, no evitó la imagen del presidente catalán
votando. Mientras las cámaras grababan la operación policial, Puigdemont acudió
a otro centro cercano. Lo mismo hizo Oriol
Junqueras, que acudió a otro colegio al ser desalojado el
suyo. Hay más. En informes especiales.- 893 cifra de heridos en Cataluña.-
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