Nelson
Rosales, representante legal de la Asociación de Caimaneros de Cispatá,
Asocaimán, está seguro que en la bahía existen ya cocodrilos de hasta 2 metros
de longitud que pudieran cazarse para exportar la piel, entre otros beneficios
comunitarios bajo la premisa de preservar la sostenibilidad del ecosistema.
Pero todo depende del aval de la Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (Cites), que
con delegados de 16 países sesionó en San Antero, para conocer cómo se ha
repoblado allí el crocodylus acutus o caimán del Magdalena. Otros le llaman
caimán aguja.
Caimán Aguja de la Cienaga de Cispatá
El evento fue organizado por la secretaría general de la OEA, a
través de su Departamento de Desarrollo Autosostenible (DDS), el Instituto de
Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humbold y el Cites.
La tarea de preservar la especie para – en lo posible hacer
aprovechamiento equilibrado de la misma – ha sido de 18 antiguos cazadores de
cocodrilos, bajo la orientación de los biólogos Clara Sierra y Giovanni Ulloa.
La iniciativa
lleva 10 años durante los cuales han sido liberados cerca de 4.000 unidades de
la especie, más otros 3.000 huevos.
La exportación desde Cispatá sería la primera iniciativa en el país que
surge desde un proyecto comunitario, de aprovechamiento del recurso natural, si
se tiene en cuenta que ya existe el comercio de ese tipo en otros
departamentos, pero desde zoocriaderos que vigila el Ministerio de Ambiente.
De hecho, Alejandro Larriega, argentino, investigador y vicepresidente
del Cites, asegura que Colombia es el principal exportador de pieles de
cocodrilo en el mundo. Le sigue Estados Unidos con el cocodrilo Aligátor
americano.
El mercado mundial de pieles de cocodrilo es de aproximadamente un
millón 500 mil anuales. El principal productor es Colombia, con un promedio
600.000. También ha tenido años de 900.000 pieles de exportación.“Aquí se
exporta cocodrilo únicamente de zoocría”, explicó.
En el último año, Colombia exportó 5.000 pieles del reptil, precisa
Margarita Osorio, del Ministerio de Ambiente, quien también estuvo en la
convención del Cites.
La piel se utiliza para productos de marroquinería, y las más grandes,
después de un curtido especial para chaquetas y otros artículos. Con la piel de
animales pequeños, de menos de 90 centómetros, fabrican manillas de relojes. Desde Colombia el mayor volumen se exportan a Singapur y México.
Así las cosas los cerca de 4 mil cocodrilos que ha liberado Rosales y el
resto del grupo de los antiguos cazadores en Cispatá, reunirían los requisitos
para ser viajados a esos mercados internacionales, aunque no descartan los
nativos la posibilidad de poder organizar un museo del caimán localmente, donde
en medio del proyecto de reserva y aprovechamiento se ofrezcan artículos
elaborados por los mismos pobladores.Por: Eduardo García.
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