Por: Jaime Quirós –
El Tribunal Supremo ha hablado
y ha causado un nuevo terremoto social en España: finalmente son los clientes quienes tienen que hacerse cargo del
impuesto de actos jurídicos documentados (AJD), el gasto más importante de
constitución de hipoteca.
Poco duró la alegría de las millones de familias
hipotecadas, que pudieron
ilusionarse hace 15 días durante unas horas con una posible devolución del
gravamen, cuando el Tribunal anunció su primera sentencia.
Tras la revisión, la agónica
deliberación y la retractación final, los bancos se libran de tener que
restituir todo el dinero si se hubiese aplicado el fallo con retroactividad.
¿Qué nos espera ahora? Parecía que estábamos abocados a protestas,
concentraciones frente al Tribunal, medidas gubernamentales para modificar la
ley y debatir si cabía algún último recurso en tribunales europeos. Daba la
sensación de que la vida seguiría igual y que los ciudadanos continuarían
pagando este impuesto si tienen que hipotecarse. Pero el Gobierno
ha anunciado un Decreto Ley para que los bancos paguen el impuesto de las
hipotecas. Varios partidos de diferente ideología han anunciado que
apoyan la medida por lo que se aprobará sin problema.
Pero hecha la ley, hecha la trampa. Los bancos no piensan perder un solo céntimo y
tienen la solución para evitar que les afecte el Decreto Ley: si tienen que
pagar ellos el impuesto subirán los tipos a los nuevos hipotecados. Pedro
Sánchez, presidente del Gobierno, ha dicho que confía en que la banca no suba
las hipotecas pese al nuevo decreto. “Creo
y espero que no porque el mercado hipotecario es bastante competitivo porque
hay bastante oferta, y no solo en España sino también en la UE”.
Ante estas declaraciones las entidades ya han dejado
clara su postura. De hecho,
Bankinter e Ibercaja han sido de las primeras en mover ficha y ya han elevado los tipos de sus
préstamos. De una forma u otra, los ciudadanos al final pagarán ese
dinero.
Desde
luego, los grandes perjudicados a nivel económico
son los ya hipotecados, y quizá
los futuros hipotecados, que se quedan con la miel en los labios. El Tribunal
Supremo está sufriendo las mayores críticas de su historia. La pérdida de confianza en la
justicia que ha provocado su viraje no tiene precedentes. La imagen de debilidad y de claudicación ante el
poder bancario le va a acompañar durante muchísimos años.
Asociaciones
de Consumidores como OCU y
Facua consideran
“bochornosa” y una “absoluta aberración” la decisión. Izquierda Unida la tilda de “anómala e irregular”. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca de Barcelona critica la “sumisión de los magistrados”. Albert Rivera, líder de Ciudadanos, considera que el Tribunal Supremo se ha
“autolesionado” y que “la justicia, con este espectáculo, ha perdido crédito en
un momento delicado para el país”. La
Asociación Española de Asesores Fiscales considera que el Tribunal ha quedado “totalmente
desprestigiado”. Pablo Iglesias, líder de Podemos,
declara que la ley no es igual para todos en España y cree que es una
vergüenza. UGT considera “intolerable” la sentencia porque “transmite sensación
de desigualdad e indefensión”. Los
grandes medios de comunicación critican
en sus editoriales la decisión y cómo se ha desarrollado. Y los españoles llenan
los grupos de WhatsApp y las redes sociales con comentarios indignados y de
decepción. Fuente: Yahoo - Noticias. Hay más.-
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