
Las autoridades haitianas acusan a un grupo de reunirse para planear el asesinato de Jovenel Moïse. Los sospechosos afirman que las sesiones estaban destinadas a planificar un nuevo gobierno una vez que el presidente abandonara el cargo.
Anatoly Kurmanaev, Frances Robles y
BOGOTÁ, Colombia — Varias de las figuras centrales investigadas por las autoridades haitianas en relación con el asesinato del presidente Jovenel Moïse se reunieron en los meses anteriores al homicidio para discutir la reconstrucción de la problemática nación una vez que el mandatario estuviera fuera del poder, según la policía haitiana, los oficiales de inteligencia colombianos y los participantes en las discusiones.
Las reuniones, llevadas a cabo en Florida y en República Dominicana durante el último año, parecen conectar un conjunto aparentemente dispar de sospechosos en la investigación, que vincula a un médico y pastor de 63 años, un vendedor de equipos de seguridad y un agente hipotecario y de seguros en Florida.
Todos ellos han sido identificados por las autoridades haitianas como actores destacados en un extenso complot para asesinar al presidente con la ayuda de más de 20 ex comandos colombianos y hacerse con el poder político. No está claro cómo las personas que están siendo investigadas pudieron conseguirlo, ni qué poderosos patrocinadores pudieron tener para hacerlo posible.
Pero entrevistas con más de una decena de personas involucradas con los hombres muestran que los sospechosos llevaban meses trabajando juntos, presentándose en términos grandilocuentes y a menudo exagerados como agentes de poder bien financiados y conectados, listos para liderar un nuevo Haití con estadounidenses influyentes dándoles respaldo.
Las autoridades haitianas sostienen que Christian Emmanuel Sanon, médico y pastor que divide su tiempo entre Florida y Haití, conspiró con los demás para tomar las riendas del país una vez que Moïse fuera asesinado. Durante una redada en la residencia de Sanon, dicen, la policía encontró seis cartucheras, unas 20 cajas de balas y una gorra de la DEA, algo que, sugieren, lo vincula al asesinato porque el equipo de sicarios que asaltó la casa de Moïse se hizo pasar por agentes de la Administración de Control de Drogas (DEA, por su sigla en inglés). Sanon ahora está bajo custodia.
Funcionarios haitianos están investigando si la unidad de protección del presidente también participó en el complot, y el jueves detuvieron al jefe de seguridad de la residencia de Moïse. Autoridades colombianas aseguran que el jefe de seguridad hizo escalas frecuentes en Colombia de camino a otros países en los meses previos al asesinato.
Las autoridades haitianas lo pusieron bajo custodia, pero no dieron muchas explicaciones sobre cómo Sanon —quien no ocupaba ningún cargo electo— planeaba hacerse con el poder una vez asesinado el presidente. También era difícil entender cómo podría haber financiado a un equipo de mercenarios colombianos, algunos de los cuales recibieron entrenamiento militar estadounidense cuando eran miembros de las fuerzas armadas de su país, para realizar un asalto tan ambicioso, dado que en 2013 se declaró en Florida en bancarrota según el capítulo 7 de la ley.
Pero las entrevistas muestran que varios de los principales sospechosos se reunieron para discutir el futuro gobierno de Haití una vez que Moïse ya no estuviera en el poder, con Sanon convirtiéndose en el nuevo primer ministro del país. Tomado de New York Times - Hay más.-
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